Oficinas improvisadas para teletrabajar
El comedor, la habitación de nuestros hijos, el despacho, la salita de estar o incluso la cocina se han convertido, para muchos de nosotros estos días, en una pequeña oficina improvisada. Expertos e informes señalan que el espacio de trabajo es clave para conseguir unos buenos hábitos en el trabajo remoto desde casa.

Dando un pequeño vistazo por la red podemos leer estos días numerosos artículos que nos prometen consejos y pautas para conseguir trabajar desde casa con éxito. “Teletrabajo: todo lo que necesitas para convertir tu casa en tu oficina”, “Coronavirus y teletrabajo: cómo montar tu oficina sin salir de casa” o “Coronavirus: cómo trabajar desde tu casa” son solo algunos ejemplos. Pero como siempre, una cosa es la teoría y otra la práctica. Y las circunstancias, en situaciones como la que estamos viviendo, no acompañan para poder desplegar el arsenal de recomendaciones.
Muchos expertos e informes aconsejan buscar un lugar de la casa ordenado y tranquilo, donde el ruido o el sonido ambiente no provoquen interrupciones. Nos recomiendan, para facilitar nuestra concentración, que separemos la zona de trabajo de la de descanso y ocio y que intentemos que sea un espacio fijo. La verdad es que poner todos estos consejos a la práctica con niños por casa, adolescentes haciendo deberes y otros adultos teletrabajando no es nada fácil. Acordar espacios y horarios con el resto de miembros de la familia (si tienen uso de razón y acceden) puede ser una buena solución.
Lo más importante, en todo caso, es organizarse y marcarse una rutina y un horario. Puede ayudar, y mucho, fijarse unas tareas y un tiempo para desarrollarlas y hacer y respetar pausas y descansos. No se trata de estar todo el día con la mente en el trabajo. ¿Y la actitud? Aunque estos días el desánimo puede afectarnos por las noticias de la pandemia, el miedo o el aislamiento, es importante que sigamos con “nuestras pequeñas rutinas” antes de sentarnos a la silla y empezar a trabajar. Podemos empezar por darnos una ducha, vestirnos con ropa cómoda pero presentable (estar en pijama todo el día seguro que no nos ayuda) y tomar un café de forma virtual con nuestros compañeros.