Las credenciales europeas académicas cada vez más cerca
Los cuatro casos de uso de la red europea de servicios blockchain que son la gestión diplomas, la identidad soberana, la trazabilidad de documentos y metadatos y el uso compartido de datos, entrarán en producción a finales de este año 2021. Es lo que se conoce como European Blockchain Service Infraestructure (EBSI) que busca aprovechar el potencial de la tecnología blockchain para ofrecer servicios en toda la Unión Europea. En el caso de los diplomas, la prioridad es ahora integrar y extender el proyecto a todos los centros e instituciones educativas interesadas. Además, CRUE trabaja para alinear la red blockchain de universidades españolas BLUE a los estándares definidos en EBSI.
Imaginemos un alumno que en su wallet, una especie de cartera digital en el teléfono móvil, tiene todos sus títulos de grado y máster emitidos por una universidad. Él es el propietario de esas credenciales y es él quien decide compartir con una empresa, organización o agencia de reclutamiento esas acreditaciones. Es el modelo que plantea el proyecto europeo EBSI que, a través de la identidad soberana europea (ESSIF) y la tecnología blockchain, permite que el alumnado controle dónde se almacenan sus credenciales, con quién las comparte y cómo se identifican, sin necesidad de ningún intermediario, como ha pasado hasta ahora, y con garantías de inmutabilidad, es decir, con garantías de que no pueden ser ni manipuladas ni falsificadas.
“No es que el título haya muerto” asegura el CIO de la Universitat Rovira i Virgili, coordinador del caso de uso de Diplomas y Credenciales de la Asociación Europea de Blockchain y representante de CRUE en el caso de uso de Diplomas de EBSI, Lluís Alfons Ariño, pero las “universidades tenemos la oportunidad, el reto y la obligación de ver cómo podemos adaptarnos y añadir valor en una realidad cambiante”, sobre todo a raíz de la pandemia. Este monedero o llavero digital no está destinado sólo al ámbito universitario, sino a todo el aprendizaje y formación de un individuo, incluido el sector privado. Por tanto, cuando hablamos de credenciales nos referimos a un concepto más amplio que el del título universitario y que va desde expedientes académicos, diplomas y certificados de cursos a evaluaciones o insignias que el alumnado recibe a lo largo de sus estudios y formación y a competencias y habilidades que el ciudadano adquiere en su vida laboral.
La tecnología blockchain revolucionará la certificación académica.
EBSI, lanzado en 2019 de manera conjunta por los Estados Miembros y la Comisión Europea en el llamado European Blockchain Partnership (EBP), busca mejorar los servicios transfronterizos, la movilidad, reducir el impacto ambiental de papel y transporte, cumplir la normativa europea de privacidad y protección de datos y permitir el desarrollo de proyectos y centros tecnológicos europeos. Desde el pasado mes de abril están en funcionamiento los entornos de test y preproducción de la segunda versión de EBSI y la previsión, según nos explica Ariño, es que a finales de año los primeros estados miembros, entre los que se encuentra España, puedan implementar escenarios reales.
Las universidades españolas que están conectadas directamente a la plataforma EBSI son la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), la Universidad de Murcia (UM) y la Universitat Rovira i Virgili (URV) e, indirectamente, la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló, a través del proyecto Digital Europe for All (DE4A) que trabaja en la pasarela de intermediación para interconectar los servicios públicos digitales de Europa. El verdadero trabajo está más ahora en la vertiente de negocio que en la tecnológica, puntualiza Ariño. En el entorno educativo, EBSI supone “un nuevo paradigma donde es necesario identificar y aprovechar las oportunidades que la descentralización y las credenciales verificables aportan”.
“Blockchain en la educación: las credenciales digitales alcanzan la mayoría de edad”
La primera infraestructura para credenciales académicas basadas en tecnología blockchain fue Blockcerts, desarrollada en el 2016 en el MIT Media Lab por Learning Machine, ahora Hyland Credentials. Fue el primer estándar abierto desarrollado específicamente para crear, emitir, ver y verificar certificados a través de la cadena de bloques. Ahora son múltiples los proyectos y pruebas que giran entorno a esta tecnología y EBSI es el más ambicioso a nivel europeo. En las 42 Jornadas de la Sectorial CRUE-TIC se repasaron muchos de estos proyectos en un taller dedicado a las microcredenciales, en que se realizó una demostración práctica de la aplicación de la segunda versión de EBSI. Ahora, la certificación de títulos a través de tecnología blockchain “es una realidad en el MIT” explicó el vicerrector de Estrategia y Educación Digital de la Universidad Carlos III de Madrid, Carlos Delgado Kloos, quien añadía que “en España estamos en el camino” pero que es necesario “el esfuerzo de todos los consorcios europeos” para tener un buen panorama.
En este objetivo colaborativo también se manifiesta una reciente investigación sobre la identidad soberana y las credenciales digitales, publicada en marzo de 2021 en Frontiers, que apunta que “blockchain puede presentarse como la verificación de identidad a través de redes adversas, pero la promesa de una identidad global e interoperable no depende solo de la confianza en la infraestructura descentralizada, sino de que los estados nacionales colaboren por el bien común”. Los autores del artículo Alex Grech de la Universidad de Malta, Ira Sood de la Universidad de Tampere en Finlandia y el ya mencionado Lluís Alfons Ariño apuntan que, a pesar de proyectos comunes como es el citado EBSI y otros como eIDAS, “la interoperabilidad transfronteriza necesita la adaptación de terceros, incluidos los organismos de normalización y los responsables políticos”.
El artículo explica que en tiempos difíciles como el actual, con una crisis económica y con pérdidas de puestos de trabajo, “las credenciales educativas respaldadas por blockchain podrían, en última instancia, crear acceso a oportunidades laborales que de otro modo no serían reconocidas”. Así, podría tener un impacto directo en la capacidad de una persona para encontrar empleo. Hasta ahora el sistema más utilizado para acceder a una credencial es a través del modelo SILO o de identidad de usuario aislado, de manera que el ciudadano debe verificar sus credenciales con la institución emisora. Con los sistemas descentralizados de la cadena de bloques se elimina ese punto de control, de manera que el alumnado puede comunicar e intercambiar sus credenciales, de forma totalmente segura.
Integración de la red BLUE
La plataforma europea EBSI es una cadena de bloques pública permisionada y sólo las entidades acreditadas podrán escribir en la cadena, pero todos podrán leer y verificar. La idea, a más largo plazo, es que sea interoperable con otras plataformas de blockchain comerciales y gubernamentales. Por eso, ahora la alineación de la red blockchain de universidades españolas BLUE con EBSI es una prioridad estratégica para la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE). Las universidades españolas trabajan desde 2018 para incorporar esta tecnología disruptiva en la certificación electrónica de títulos y cursos universitarios. Además de integrarse a EBSI, esta red, según recoge el informe Blockchain en la Universidad, permitirá a los estudiantes “agregar de manera complementaria a su certificación formativa convencional un registro distribuido que proporcionaría verificabilidad inmediata de forma integrada en su identidad digital, salvaguardando los requisitos de las regulaciones de protección de datos”.
Este pasado mes de abril se comunicó la aprobación y el inicio del proyecto de integración y evolución, en el que también participan la Secretaria General de Administración Digital (SGAD), el Ministerio de Universidades y la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT-RCM). Aunque tiene un plazo de ejecución de 24 meses, se prevé que esté lista para el próximo año 2022. Actualmente en BLUE hay nodos en RedIRIS (Red.es), doce universidades españolas y la Universidad de El Rosario de Colombia.
La gestión de diplomas es solo uno de los cuatro casos de uso que entrarán en producción durante este 2021. Los otros tres son la trazabilidad de documentos y metadatos para probar la existencia e integridad de los datos y/o metadatos, la identidad soberana europea que permita a los ciudadanos crear y controlar su propia identidad sin depender de autoridades centralizadas y el uso compartido de datos de confianza entre las autoridades aduaneras y fiscales de la Unión Europea. Precisamente, la validación de la identidad digital es uno de los principales casos de uso de la tecnología blockchain junto a las transacciones económicas y comerciales y así lo revela el II Informe Blockhain de IDC y Realsec que señala, además, que el 11% de las empresas españolas ya utilizan la cadena de bloques, un punto más que el año anterior. La seguridad que aporta y la confianza que da a los usuarios son dos de los principales motivos para adoptar este tipo de tecnología.
Aunque instituciones y organizaciones hace tiempo que trabajan en las credenciales y la identificación digital, la pandemia ha convertido este asunto, como muchos otros, en una prioridad. Lo estamos viendo en los llamados pasaportes verdes o COVID para acreditar la inmunidad de una persona o el monedero digital, basado en blockchain, que ha presentado la Unión Europea y que servirá para llevar el DNI, el carnet de conducir, guardar contraseñas o realizar pagos. Otras iniciativas buscan reducir el contacto físico. Alemania, por ejemplo, ha puesto en marcha recientemente un proyecto piloto para permitir el check-in en hoteles a través del ID Wallet de su teléfono móvil. Todo indica que el título en papel o cualquier otra credencial será una reliquia para los nostálgicos y, como todo, en esta transformación digital estará en nuestro entorno online. El tiempo dirá si nosotros llevamos o no su control.
