La salud psicosocial en el teletrabajo
Incertidumbre, ansiedad, confusión, irritabilidad, insomnio, estrés… Seguro que muchos de vosotros habéis pasado por alguno de estos estados en los últimos meses. Aunque hayamos demostrado una gran capacidad de adaptación, el confinamiento ha afectado, en mayor o menor medida, a nuestra salud psicosocial y mental. Cuidar ese aspecto de nuestro día a día y de nuestro trabajo en remoto debe ser una prioridad, según los expertos.
Las búsquedas en Google son, en muchas ocasiones, un reflejo de la sociedad o, al menos, del momento que atraviesa. Durante el mes de abril, crecieron las búsquedas de palabras como “ansiedad”, “claustrofobia”, “pesadillas” o “no puedo dormir”. El estado anímico de muchas personas ha estado condicionado por un escenario incierto, en muchos casos, con un nuevo entorno de teletrabajo desde casa, con niños o personas mayores a cargo, con semanas de aislamiento social e, incluso, soledad absoluta y, sobre todo, con muchos miedos.
A pesar de esta situación, la sociedad ha demostrado una alta capacidad de adaptación. Una muestra de ello es el teletrabajo, impuesto por la crisis sanitaria y en unas condiciones que distan mucho de las que se cosiderarían “normales”. La conciliación es todo un reto y la flexibilidad horaria, garante del trabajo en remoto, está poniendo en jaque la desconexión laboral y la concentración. Aunque de todo se aprende y hay experiencias muy positivas, incluso el CEO de Microsoft ha asegurado que trabajar permanentemente desde casa puede traer serias consecuencias a nuestra salud mental. Ante este panorama, empatizar y comunicar es esencial, según los expertos, como lo es también nuestra actitud. Aquí van algunas recomendaciones esenciales para prevenir los riesgos psicosociales en el trabajo a distancia:
Planificación. Una vez más la organización y el horario son claves para mantener unos buenos hábitos. Además de fijar unas rutinas, lo importante es cumplirlas.
Ser positivo. ¿Qué hemos ganado quedándonos en casa? ¿Cuántas vidas se han salvado y se están salvando? ¿En qué situación estaríamos si no lo hubiéramos hecho? Hay que centrarse en los beneficios y las ventajas que ha tenido el confinamiento, según las pautas del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.
Mantener y cuidar las relaciones sociales. La tecnología está ayudando mucho en estos últimos meses a seguir teniendo vida social y reducir la ansiedad, la depresión, la soledad y el aburrimiento. Aunque las videollamadas también desgastan es importante que, en estos tiempos, sigamos comunicándonos y no solo con amigos y familia, también con los compañeros de trabajo. Un café virtual puede ser una buena excusa para echar unas risas.
Permanecer activo y ocupado. El ejercicio y la actividad física ayudan a desconectar y a evitar el sedentarismo. Los ejercicios de respiración disminuyen la ansiedad, tal y como nos recomienda el Observatorio Psicosocial de Recursos en Situaciones de Desastre (OPSIDE) de la UJI.
Evitar la sobreinformación. Es necesario estar pendiente de la actualidad para saber qué está pasando pero hay que ser conscientes que estar conectado permanentemente nos puede crear ansiedad. Eso sí, ante la avalancha de fake news y bulos, es muy importante saber qué medios y fuentes estamos consultando.
Echar mano de la tecnología. Podemos aprovechar la gran cantidad de aplicaciones que han proliferado en estos meses: para hacer ejercicio desde casa, asistir a un concierto virtual o aprender idiomas a distancia. También existe un gran abanico de herramientas para cuidar nuestro estado anímico, según un recopilatorio de MIT Technology Review.