¿Cómo trabajaban los primeros informáticos en la UJI?

La Universitat Jaume I (UJI) de Castelló siempre ha sido pionera en el uso de las nuevas tecnologías. A lo largo de sus 30 años de historia son muchos los ejemplos de esta innovación: la primera web, el primer buscador web Dónde?, la implantación del ERP universitario sobre Linux, la cartera de proyectos, la integración de las aplicaciones de Google o la migración a la nube. Cuando se cumplen tres décadas del nacimiento de la Universidad, echamos la mirada atrás para repasar la historia de la programación y la informática en esta institución académica.

Los inicios de la programación y la informática en la UJI fueron artesanales, primitivos y, muchas veces, a ciegas o improvisados. La profesión estaba prácticamente por inventar y no se tenía la experiencia que se tiene ahora. La mayoría de los profesionales venían de las matemáticas y la física y empezaban a salir las primeras promociones de informáticos. Y es que “el mundo de la informática, a nivel nacional, estaba aún muy poco desarrollado” recuerda una de las primeras operadoras de la Universidad, Cuchi García-Revillo. Operadores, analistas y programadores “éramos los super técnicos, los apagafuegos y salvadores de todos los problemas, y recibíamos todo tipo de quejas, desde que había saltado un diferencial de la luz a que se había roto la fotocopiadora o el fax” . En estos treinta años, la informática y la programación, como todo lo tecnológico, han evolucionado y se han especializado de una forma espectacular.

Fotografía de los primeros informáticos de la Universidad en las escaleras del edificio de Penyeta
El primer equipo de informáticos en Penyeta Roja formado por (de izquierda a derecha) Iván Mingot, José Pascual Gumbau, Pilar Belenguer, Francesc Altet, Toni Bellver y Enric Navarro (sentado en las escaleras)

“No existía ni Internet ni móviles ni la pantalla gráfica”

Con motivo del 30 aniversario de la creación de la universidad castellonense, hablamos con los primeros y las primeras informáticas de la institución académica. Toni Bellver fue el primero, provenía del Colegio Universitario de Castelló (CUC) que fue el embrión de la UJI. “Éramos gente muy joven y atrevida y, ahora, con perspectiva quizás también un poco inconscientes” rememora Bellver quien afirma que “teníamos poco a perder, porque no había una estructura hecha”. La juventud, la convicción y la inquietud que despertaba en ellos la incipiente informática hizo que “seleccionaran determinadas tecnologías que en ese momento eran nuevas y que apostaran por el desarrollo propio”.

José Pascual Gumbau y Pilar Belenguer, dos de los primeros programadores de la UJI en la puerta del edificio de Penyeta
José Pascual Gumbau y Pilar Belenguer, dos de los primeros programadores de la UJI

José Pascual Gumbau es otro de los informáticos que estuvo en aquellos inicios. Echa mano de sus recuerdos y explica, con todo detalle, como un primer equipo se incorporó el 1 de agosto de 1991. “Llegó un camión con una máquina UNIX HP-UX, pero que nadie de los que estábamos allí conocía”. Además de la máquina, también llegó una cinta con la Base de Datos de Oracle. “Tuvimos que leernos de arriba a abajo una pila de manuales de beginnners para saber cómo funcionaba todo” afirma otro de los veteranos, Enric Navarro. Finalmente, lo instalaron todo en el despacho del entonces director del CUC, actual sede de la Escuela Oficial de Idiomas, y pusieron en marcha lo que sería el sistema operativo del Servicio de Informática. “Nos sentamos delante del ordenador” relata Gumbau “y probamos a instalarlo escribiendo .install y pulsando Intro”. Funcionó y la base de datos se configuró por defecto.

A ese primer servidor, que bautizaron como JaumeI y del que hablaremos más detenidamente en posteriores artículos, se conectaron los primeros cinco ordenadores . Toni Bellver se encargó de hacer esa primera red local: “fui una tarde a la Universidad de Valencia para que me enseñaran cómo hacerlo y para que me dejaran las herramientas necesarias y, al día siguiente, conecté esos primeros cinco equipos que serían los de la Secretaría de Estudiantes”.

Prioridades: matricular y pagar nóminas

Gráfico con la evolución del número de matrículas gestionadas en la UJI desde 1991 a 2021
Número de matrículas en la UJI Fuente: elaboración propia

Las primeras aplicaciones que se instalaron venían heredadas de la Universitat Politècnica de València (UPV). La primera programadora que hubo en la UJI, Pilar Belenguer igual que Iván Mingot, ahora en la Universitat d’Alacant (UA), habían estado trabajando justo en la UPV y literalmente trajeron desde València, “en el Cercanías y debajo del brazo las cintas de carrete abierto en una bolsa con las aplicaciones, para instalarlas y poder, así, hacer la matrícula”. En ese primer año y con ese primer programario, se matricularon 5.060 personas, cifra que dista mucho de las más de 11.600 matriculadas durante este curso solo en estudios de grado, todos además ya de forma totalmente telemática.

Nómina impresa de febrero de 1992

“Vimos que las prioridades eran matricular al alumnado y pagar las nóminas del personal”. El software para gestionar las nóminas se adaptó de uno que trajeron desde Zaragoza, basado en Pascal. De prisa y corriendo se pusieron a hacer tablas y pidieron a la secretaria de Gerencia, María José Casanova, que escribiera los nombres de los trabajadores de la Universidad y el sueldo para que pudieran tramitarlas. Según consta en la base de datos, en la nómina de septiembre de 1991 había 37 personas. Ahora se superan las 2.400, entre personal de administración y servicios y profesorado. A día de hoy, aunque se ha rehecho hasta tres veces, esta aplicación mantiene el mismo modelo de cálculo. A pesar de ser unos inicios muy artesanales, los resultados fueron buenos y en gran parte, “gracias al esfuerzo que hicimos entre todos”.

Lenguajes de programación

Cada mes, se tenía que enviar físicamente a la entidad bancaria un disquete de 5 1/4 con el fichero de las nóminas para que se pagaran. A mitad carga siempre se cortaba y el banco “nos llamaba para decirnos que había algún error”. Después de mirarlo varias veces, comenta Jose Pascual Gumbau “descubrimos que el problema era que las comunicaciones bancarias iban a 7 bits y que en la Universidad trabajábamos con 8”. Con 7 bits, en el código ASCII, se admiten hasta 128 caracteres y en 8, un máximo de 254, con lo que en la UJI se podían escribir acentos o caracteres especiales como las diéresis. Así, “nos dimos cuenta que justo en el apellido Echagüe, con el sistema de 7 bits se cortaba y interpretaba final de fichero”, de manera que cuando el banco procesaba Echagüe, se daba por finalizada la operación. A partir de ahí, se hizo un filtro para que todos los archivos que salieran de la UJI se convirtieran siempre a 7 bits y, se garantizara que pasaran limpios.

Fotografía donde aparecen tres disquetes
Photo by Brett Jordan on Unsplash

Las aplicaciones, los sistemas operativos, los lenguajes de programación, los servidores, el ancho de banda… nada tiene que ver con lo de ahora. Para hacernos una idea de cómo ha cambiado todo, otro de los primeros operadores, Salvador García, describe la instalación de los primeros ordenadores de aulas. “Los montamos con un sistema que diseñamos y que permitía arrancarlos e instalarlos automáticamente poniendo en cada uno un disquet de 1,44 megabytes (MB)”. Entre risas recuerda que era un proceso lento y que “esos primeros ordenadores tenían 40MB, entonces no existían los gigas (GB)”. Más tarde, consiguieron modernizar el sistema de instalación con un programa escrito en C que facilitaba mucho la puesta a punto de los equipos.

“No había web y, por tanto, todo el ecosistema que hay alrededor de la web, que ahora es infinito, no existía” relata Juan Padilla.

Se apostó, desde un inicio, por una sola base de datos y eso ha sido una de las claves estratégicas TI para la Universidad. Oracle venía con todo un ecosistema y se programaba con lenguaje PL/SQL, incluía Forms*3 para diseñar pantallas, Reports para hacer listados y ProC, con el lenguaje C, para extraer datos. “Viéndolo desde la distancia”, añade otro de los primeros informáticos, Juan Padilla, “era una tecnología bastante potente para la época porque, además, permitió a la Universidad desarrollar todo lo que necesitaba”.

Esquema realizado a mano de la estructura de la base de datos de la Universidad
Esquema realizado a mano por Lari Orenga de la estructura de la base de datos Font: Lari Orenga

El potencial del correo electrónico

Esos primeros años también estuvieron marcados por los nuevos sistemas de intercambio y compartición de información. Uno de esos primeros informáticos, Enrique Silvestre, conocía el funcionamiento del correo electrónico y propuso utilizarlo en la Universidad. Entonces, explica Enric Navarro “teníamos una conexión con Valencia, para poder conectarnos a la RedIris con un modem de 9.600 bytes” y “vimos que el email era super potente”. Dentro de los objetivos de ese primer equipo TI, “teníamos claro que toda la comunidad universitaria, tanto profesorado, personal de administración como alumnado, debía tener una cuenta de correo” explica José Miguel Castellet. El PDI y el PAS lo tuvieron en 1991 y en 1995, los estudiantes, siendo pioneros en el mundo académico y “yendo, incluso, en contra de la política inicial de la RedIris”. Aunque “ahora eso nos parezca trivial” fue todo un salto. Esa época también estuvo marcada por la eclosión de la web e Internet, de la que también hablaremos en próximos artículos.

Petición dirigida a la DDN en que se solicitaba un espacio propio para las cuentas de correo electrónico de la UJI
Petición que realizó la UJI a la Red DDN del Departamento de Defensa de EE.UU para disponer de un espacio propio para los correos electrónicos de la comunidad universitaria Fuente: José Miguel Castellet

Entorno gráfico

Fotografía de dos manuales superpuestos de Oracle Designer y Oracle Developer/2000
Manuales de Oracle Designer y Oracle Developer/2000

A principios de los 90 toda la programación era textual, sin gráficos. En los terminales de usuario había emuladores y sobre la mesa estaba la posibilidad de ir hacia Motive o a Windows. En ese punto, a mediados de los 90, es cuando llega Designer, que era la herramienta CASE de Oracle para diseñar un sistema de información y generarlo. De esa época, otro de los veteranos, José Ramón Ferrer, recuerda que era muy primitivo y manual y cómo Designer “nos ayudó a visualizar el conjunto”. El modo texto estaba limitado a las 25 filas por 80 columnas con solo caracteres y el grafismo permitió programar pensando en la interacción con el ratón. Ya no se hacían líneas de código, sino que se programaba directamente en componentes visuales con una caja de texto o un desplegable, por ejemplo. “Se decía que era una herramienta de quinta generación porque era muy avanzada, hasta entonces todo era programar en texto pero hasta que no ejecutabas y compilabas no veías el producto final y como había quedado”.

Notas de diseño de los standards del uso de Designer en 1998
Standards del uso de Designer en el año 1998 Fuente: José Pascual Gumbau

“La relación con el usuario era muy cercana”

Mucho ha cambiado la Universidad desde sus inicios cuando todo el personal de administración e, incluso, el profesorado se conocían “con nombres y apellidos”. Juan Luís Bort, uno de los primeros programadores, explica que “éramos como una familia y aunque estuviéramos unos en un servicio y otros en otro, éramos todos iguales y nos tocó hacer un poco de todo”. Todos coinciden en destacar la cercanía que había con el usuario. Muestra de esa complicidad, por ejemplo, son algunas anécdotas: “aunque, en teoría, teníamos que hacer los programas, hemos llegado a ayudar a pasar facturas a mano”. Y todo ello, además, en una época, relata Lari Orenga, otra de las programadoras veteranas, en que “los usuarios estaban muy poco familiarizados con la tecnología, entonces no era normal sentarse como ahora delante de un ordenador”. Las habilidades y los conocimientos digitales de los usuarios han cambiado, pero también el perfil de los profesionales TI.

De izquierda a derecha Lari Orenga, Cuchi García-Revillo, José Ramón Ferrer, David Castelló y Cristobal Alvariño mostrando el esquema de datos de la aplicación de Becas, de desarrollo propio.

La inquietud, pero sobre todo la juventud, de esos primeros informáticos, programadores, operadores o analistas, y también de algunos profesores, que trabajaban prácticamente de la mano, marcaron esos inicios tecnológicos de la Universidad. “Probablemente fue una suerte que ese grupo de personas jóvenes coincidieran en un espacio y un tiempo determinado” y pusieran en marcha las bases tecnológicas de la Universidad. “Ahora tenemos experiencia y vemos las cosas mucho más claras” señalan algunos que admiten que los cambios de envergadura llegaban llenos de incertidumbre e incluso de miedo a que el sistema cayera. Lo que parece estar claro es que gracias a su trabajo y esfuerzo, la Universidad ha podido responder a las necesidades tecnológicas de su comunidad y también a situarse como universidad puntera en el uso y desarrollo de las TI.

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Unidad de Análisis y Desarrollo TI de la UJI
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Written by Unidad de Análisis y Desarrollo TI de la UJI

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